viernes, 12 de junio de 2009

LOS DUEÑOS DE LA CIUDAD

LOS DUEÑOS DE LA CIUDAD


Ninguna esperanza nos había llegado como anillo al dedo, por eso nos pareció imposible dejar de pensar en ella. Hacía mucho, casi un tiempo interminable que se había marchado a buscar su exilio entre los dueños de la ciudad. Se había marchado como si quisiera ser olvidada; pero según nosotros, cada vez estaba más presente, porque su memoria no tenía más pasado que nosotros.
Por eso, el día en que se marchó, ni siquiera se nos pasó por la cabeza averiguar dónde dormiría sin que nadie se apodere de sus sueños.
Entonces comenzamos a odiar ese camino que la llevó hacia allá; primero fue como un latido que sigue uno tras otro; luego, como quién oye murmurar al fuego cuando anuncia desgracia.
Finalmente, comprendimos que se había quedado en la ciudad como si una manda le impidiera volver a caminar entre los coigües y el canelo que apadrinó hasta convertirse en chemamul, esperando su regreso.


autor
hector veliz
(TEXTO IMPRESO EN EL LIBRO DEL MISMO NOMBRE, EDITORIAL MENTANEGRA)

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